Ciudad de México, 1985. Su trabajo parte desde la necesidad de comprender el espacio y el universo con las capacidades y voluntades, tanto físicas como emocionales de los cuerpos que lo habitan. La libertad y la voluntad son temas recurrentes en su obra, como parte vital para la inclusión de elementos cotidianos en un contexto en el que pueda experimentar sensaciones ajenas a su cotidianidad.
Haciendo una sutil referencia a Brancusi, esta exposición de Jay Vélez genera una exploración escultórica mediante el espacio (y viceversa), una reflexión sobre la ilusión de unidad y separación, lo finito e infinito.