ILÁN RABCHINSKEY

Ciudad de México, 1980. Explora la tensión entre las fuerzas naturales y el desarrollo de las civilizaciones humanas, la composición física de la materia y el concepto del tiempo cósmico en contraposición al tiempo humano.

Recientemente ha trabajado en vídeo, orquestando situaciones para la cámara donde pone en juego ciertos elementos que después se desarrollan por si mismos a través de la infinitamente compleja red de relaciones que percibimos como el azar.

"FIRMAMENTO"

Toda fotografía es una abstracción de la realidad o, como explicara Phillippe Dubois, la fotografía es una huella que está a cierta distancia de la realidad que representa. Así, lejos de ser un espejo del mundo, la fotografía constituye una marca singular pero determinada por su referente.

A finales de los años 40, el inventor norteamericano Edwin Land logró la proeza de reducir y automatizar todos los procesos del cuarto oscuro dentro del diminuto cartucho Polaroid que incluía negativo, químicos y papel donde captar la imagen positiva. Para este trabajo, ubiqué mi mirada en la base de contacto de esta película, misma que generalmente tiene la apariencia de un simple rectángulo negro y que, al estar únicamente al servicio de la creación de la imagen positiva, es desechada.

Debido al actuar del tiempo sobre los químicos - utilicé película caducada hace 15 años - y a las misteriosas interacciones moleculares que ahí sucedieron, se generaron singularidades imprevisibles que convirtieron la base del film en lienzo del azar. Las imágenes resultantes son una abstracción de segundo grado ya que, guardando una relación causal con la fotografía que da pie a ellas, constituyen la huella de otra huella.

Así obtenemos dos juegos de imágenes: los positivos originales creados en el observatorio del arquitecto Japonés Tadao Ando, en Casa Wabi, Oaxaca, donde realicé una residencia en 2016, y el conjunto de manchas y paisajes inmateriales, trazados automáticamente al separar la base de la película del papel, que devienen tanto de su relación física con este, como de la acción del tiempo y el azar. Las primeras muestran una sección del cielo con respecto al trazo arquitectónico del observatorio, las segundas parecieran enmarcar también el cielo, ahora estrellado, con auroras boreales y constelaciones de reacciones químicas.

Si para Dubois toda fotografía es una huella que muestra una afirmación de existencia pero no de sentido, estas huellas de huellas, al alejarnos casi por completo de su referente original, podrían afirmar el sentido radicalmente liberador de la abstracción.